¿POR QUE 1500?
Después de 7 años siendo el referente en el 800 necesitaba un cambio.
La motivación y el hambre por ganar de los primeros años se estaban desvaneciendo poco a poco. Quizás no tiene una explicación lógica, tenía objetivos que perseguir y aún muchas cosas por conseguir, pero era lo que estaba pasando. El paso al “milqui” estaba pactado, acordado y más que hablado con mi entrenador, incluso antes de dominar el 800. Aún era SUB-23, tenía varios títulos en categoría absoluta, pero siempre entendimos que era algo pasajero, que no acabaría mi carrera en esta prueba. La evolución natural era el 1500. que muchos opinan que es mi prueba, incluido mi entrenador. Pero llegaron los JJ.OO. de Río y el deporte me dio un buen revés, de esos que duelen. La impotencia de dejarme la piel por buscar mi límite en unas Olimpiadas se desvaneció a falta de un mes, uno de mis “pies calientes” se pasó de revoluciones.
La temporada del 2017 se tenía que convertir en recuperar sensaciones y no en un año de buscar nuevos retos en otra prueba. No me gustan las medias tintas, sabía que físicamente me podría adaptar bien al 1500, otra cosa era la cuestión psicológica. Mi mente no podía tener un plan B, no podía huir a la primera de cambio y refugiarse en lo “fácil”, lo conocido, la distancia que ya era parte de mí, el 800. All in al “milqui”! Necesitaría adaptarme y eso conllevaría sacrificios. Era necesario asimilar que era un atleta de 1500 metros y que esa sería mi prueba a partir de ahora. ¿Y el 800 m? Una vía de escape y preparación como lo había sido el 400 y el 1500 cuando era “ochocientista”. Y en esas estoy, soy atleta de 1500, tengo ansias y mucha hambre de ganar. Y lo más importante, soy feliz y estoy disfrutando en etapa de construcción. Moldeando y formando al atleta de 1500 que quiero llegar a ser, disfrutando del camino. Muchos me pedís que vuelva al 800, pero tened paciencia, voy a luchar y trabajar por intentar volver a ilusionaros y que disfrutéis conmigo, tanto o más, como lo hicimos en el 800! …
