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Estudio fotográfico del Castillo de Lora del Río

Las imágenes han sido obtenidas mediante el empleo de un dron para, posteriormente, llevar a cabo un levantamiento topográfico de la fortaleza

El área de Patrimonio del Ayuntamiento local ha puesto en marcha un estudio detallado de una de las construcciones históricas más relevantes del término municipal. El responsable de Patrimonio del equipo de Gobierno, Raúl García, ha supervisado las labores de acotamiento de los muros exteriores del castillo, trabajos realizados por Antonio Céspedes, presidente de la asociación ‘Villae Naevae’ y precursor del ‘Camino de la Frontera’, Rodrigo Cortés Gómez, arqueóloga de la Universidad de Madrid, y la topógrafa Doris Schaffler. Las actuaciones consisten en la toma de fotografías aéreas mediante un dron y, a continuación, realizar el levantamiento topográfico.

“Es importante poner en valor el Patrimonio Local de nuestro municipio, en concreto, aquel que ha sido un referente en la comarca como es el Castillo de Lora. Estas actuaciones son el principio de trabajos venideros para su restauración, tal como es compromiso de este Ayuntamiento y equipo de Gobierno municipal”, ha asegurado el concejal.

Castillo de Lora del Río

La fortaleza medieval se ubica sobre una meseta en el extremo oeste del término municipal. Está construido con tapial de cal, arena y guijarros. De origen musulmán, la plaza fue tomada por Fernando III en la primavera de 1247, durante el avance castellano hacia Sevilla. Fue en Lora precisamente, en un lugar llamado Vado de las Estacas, donde parte del ejército castellano cruzó el río para avanzar por la orilla oeste, y poder así hostigar los castillos de Triana y Aznalfarache (Hins al-Farach) durante el cerco a Sevilla.

Tras su ocupación fue entregada a la Orden del Hospital, que estableció una bailía con sede en Lora mediante la concesión de una carta puebla fechada en 1259, y que además de Lora abarcaba siete villas cercanas de donde surgió el término Septe Fillas, que luego se convirtió en el Setefilla que conocemos hoy. A mediados del siglo XIV, los hospitalarios fueron los que establecieron el culto a la Virgen de Setefilla en la ermita donde actualmente se venera dicha imagen, patrona de Lora del Río, junto al castillo de mismo nombre que controlaba el paso hacia Cazalla y toda la Sierra norte sevillana.

Es de escasa altura y tiene forma de triángulo escaleno, siendo su lado más largo de unos 120 metros, y el ancho máximo es de unos 35. Lo que queda de la fortaleza es un lienzo de tapial de unos 90 metros orientado hacia el norte en que se observan restos de cuatro torres de planta cuadrangular y restos del parapeto, y otro tramo de unos 35 metros que mira hacia poniente. Su superficie debió rondar los 3.000 m2. La puerta de acceso debió estar entre dos de las torres del lienzo norte, aproximadamente en el centro del mismo. Por su posición, controlaba un meandro del río Guadalquivir, que en aquellos tiempos era navegable hasta Córdoba.