La revista científica internacional “Analytical and Bioanalytical Chemistry” publica un estudio fin de máster realizado por la loreña María del Carmen Moreno Carballo, joven química Licenciada en Química con Máster Oficial de Estudios Avanzados en Química y con Máster Universitario de Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza en Idiomas con la Especialidad en Física y Química, y que a sus 27 años, ha conseguido que esta prestigiosa publicación recoja su trabajo titulado “Extracción de parabenes mediante electromembranas en muestras medioambientales”, el cual, según fuentes del Ayuntamiento, ha resultado bastante exitoso. “Con esta técnica me he convertido en experta y pionera a nivel nacional en el desarrollo de estas electromembranas y se puede adaptar al compuesto que se necesite analizar”, señala la propia científica loreña.
Los tutores del trabajo han sido la profesora Mercedes Villar Navarro y el catedrático Manuel Callejón Mochón, además del equipo de investigación de Análisis Químico de la Universidad de Sevilla.
El estudio ha sido publicado en dicha revista con la siguiente referencia: Mercedes Villar-Navarro, María del Carmen Moreno-Carballo, Rut Fernández-Torres, Manuel Callejón-Mochón, Miguel Ángel Bello-López. ‘Electromembrane extraction for the determination of parabens in water samples’. Analytical and Bioanalytical Chemistry (2016) 408:1615–1621.
María del Carmen Moreno destaca que “es necesario que se invierta en investigación y en la inserción de jóvenes con ganas de trabajar para aportar avances en la sociedad y nuevas innovaciones”.
Datos del estudio realizado facilitados por el Ayuntamiento de Lora del Río
El nuevo sistema es un procedimiento sensible, barato y sostenible con el medioambiente por la baja cantidad de disolvente necesaria. En cuanto a su sensibilidad, tiene una capacidad de detección de entre 0,98 y 1,43 microgramos por litro, estos niveles lo convierten en un método eficaz. “Para hacernos una idea, en un vaso de 200 mililitros hay unos 200 millones de microgramos de agua, por tanto, valores que rondan la unidad, como los que alcanzamos, implican que somos capaces de analizar cantidades mínimas de parabenos”, explica el investigador Miguel Ángel Bello López, del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Sevilla.
El sistema consiste en una fibra hueca y porosa de prolipropileno, con una apariencia similar a la cobertura de un cable eléctrico, que se recubre con una membrana líquida de unos pocos microlitros de un disolvente orgánico. Éste posibilita la extracción selectiva de los parabenos y permite el paso de la corriente eléctrica. En el interior, se introduce una disolución donde finalmente se extraerán los compuestos.
La fibra se sumerge en el líquido que se pretende analizar y se genera un campo eléctrico para atraer las cargas negativas de los parabenos y que se introduzcan dentro de la fibra hueca, por diferencia de potencial. “Somos expertos y pioneros a nivel nacional en el desarrollo de estas electromembranas, que adaptamos al compuesto que se necesite analizar. En este caso nos centramos en los parabenos por su papel como contaminantes emergentes en aguas superficiales”, detalla Miguel Ángel Bello.
Los investigadores destacan las ventajas del sistema que, une a su elevada sensibilidad, el ser simple y barato, lo que permite desechar la fibra hueca tras cada ensayo. De esta forma, se evita la contaminación cruzada en los experimentos y los resultados son más fiables. “El sistema resulta muy sostenible y se enmarca dentro de la denominada ‘Química Verde’, por el bajo coste de los materiales empleados, así como por los niveles de reactivos utilizados. Gastamos del orden de mil veces menos de disolvente orgánico que en otros procedimientos”, sostiene Bello López.
El estudio ‘Electromembrane extraction for the determination of parabens in water samples’ publicado en la revista Analytical and Bioanalytical Chemistry, aplica por primera vez electromembranas para la determinación de parabenos en muestras de aguas. En concreto, procedentes del río Guadalquivir y pantanos sevillanos. “Aunque no existe aún una normativa que establezca los niveles máximos en aguas, las cantidades encontradas son mínimas y acordes con otros estudios internacionales” recalca el investigador.