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Agnes Grey, de Anne Brontë

La escritora inglesa Anne Brontë publicó en el año 1847 una de las novelas más relevantes dentro de la literatura victoriana. La más pequeña de las hermanas Brontë es a día de hoy la más desconocida de las tres, siendo sus dos novelas auténticos misterios para el público generalista. Agnes Grey, la cual fue publicada bajo el pseudónimo de Acton Bell junto a Cumbres Borrascosas (obra de su hermana Emily, la cual usó el pseudónimo de Ellis Bell) en el mismo volumen, rechaza las convenciones románticas de la época (mediados del siglo XIX) para adentrarse en el terreno de la novela costumbrista, más propia de finales de siglo. De esta forma, Anne se desmarca del camino seguido por sus hermanas y reafirma su valor y originalidad como autora.

La novela, narrada en primera persona, nos cuenta la historia de Agnes Grey, una joven perteneciente a una familia de la Inglaterra rural que decide convertirse en institutriz para apoyar económicamente a su familia. Nuestra protagonista nos narrará con detalle cómo su familia pasó de una vida acomodada a perder gran parte de su capital, dejando a su padre sumido en una profunda depresión y a la familia en la necesidad de encontrar nuevas formas de seguir adelante. Agnes decide utilizar los contactos de su madre para encontrar alguna familia con hijos a la que poder servir, siendo los Bloomfield los primeros en contratar a nuestra protagonista. A través de los capítulos de la novela vamos conociendo más y más a Agnes, y los lectores podemos sentir como propias todas las experiencias que sufre nuestra narradora. Durante su estancia con los Murray (la segunda familia a la que sirve como institutriz), Agnes conoce a Edward Weston, un joven clérigo anglicano que dedica la mayor parte de su tiempo a consolar y asistir a los ancianos y enfermos del lugar. La fe y las buenas obras de Agnes hacen que nuestros dos protagonistas se encuentren y entablen una amistad que cambiará para siempre la vida de ambos, entrecruzando sus destinos para siempre.

Brontë nos muestra de manera excepcional las dificultades que afrontaban las institutrices de la época, ya que ella misma había trabajado para varias familias adineradas, utilizando toda la experiencia acumulada durante los años que dedicó a este oficio a la hora de dotar a su novela del realismo que la caracteriza. Esta obra está plagada de elementos autobiográficos. Anne, a través de Agnes, nos muestra sus experiencias y sensaciones al trabajar lejos de casa y en unas condiciones que pusieron a prueba, día tras día, su fuerza y determinación. La novela alberga una elegante crítica a la actitud juiciosa y deleznable de algunos pastores anglicanos, representados en el personaje Mr. Hatfield, el párroco del lugar. En contraposición a la actitud de Hatfield encontramos la dedicación y el cariño que Edward Weston muestra hacia sus parroquianos más necesitados. Brontë vuelve a beber de sus experiencias personales para dotar de realismo y veracidad a su obra, ya que ella misma era la hija de un párroco anglicano, siendo esto una gran fuente de inspiración para construir la positiva figura de Weston.

Siendo una novela mucho más accesible que otras obras de sus hermanas, como Cumbres Borrascosas (1847) o Villete (1853), Agnes Grey supone una introducción de primer nivel para cualquier lector que quiera adentrarse en uno de los periodos más interesantes de la literatura inglesa. Esta obra se encuentra bajo dominio público y puede ser descargada de forma gratuita en numerosos distribuidores electrónicos. No les decepcionará.

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