Posted in:

ATLETISMO: Kevin López Yerga, anuncia públicamente a través de sus redes sociales, el final de su exitosa trayectoria deportiva

El mejor deportista loreño y uno de los mejores atletas europeos del 800 lo explicaba a través del texto que puede leerse a continuación.

El viaje más maravilloso que he hecho y seguramente haré. Los éxitos me han llenado de una confianza y una autoestima que sin en el atletismo, hubiera sido imposible. Pero, aunque suene pasteloso (que lo es), lo que realmente me ha llenado de verdad habéis sido vosotros. Suena a tópico, pero os lo digo con la mano en el corazón. No es una frase hecha. Sentirme arropado, empujarme cuando las cosas se atrancaban, sentirme admirado y el cariño que me transmitís personas que no me conocéis, que sentís esa razón de apoyarme por simpatía, porque quizás veáis algún rasgo de mí que os haga conectar conmigo. Es unas de las sensaciones más bonita que puede vivir una persona y el atletismo me lo ha regalado.    Han sido 20 años vinculado a un deporte del cual me gusta decir “llevo más años practicándolo que no haciéndolo”. El atletismo ha sido mi refugio cuando mi pequeño mundo de 12 años parecía que se desmoronaba. Y se desmoronó. En ese otoño de 2002 pasaron cosas maravillosas y otras que no se merecía un niño que empezaba el instituto. Pero ambos extremos me formaron como la persona que soy hoy en día. En el deporte y más allá de él. Y es que, aunque nunca compense, siempre tenemos que sacar algo que nos sume después de que te resten, te dividan y te partan en mil. Simple supervivencia.  

Un jovencísimo Kevin López, muestra con gran satisfacción, su gran triunfo en la prueba de Cross de Santiponce

Con 12 años, en la carrera que conmemoraba el 10º aniversario de la Expo’ 92, conocí a la persona que creó, guio y cuido al atleta Kevin López. Sería imposible agradecer todo lo que ha hecho conmigo. Si no fuera por cómo me arropó, apostó y el tiempo que dedicó, seguramente hoy este texto no hubiese hecho falta escribirlo. Siempre he creído que tiene más confianza él en mí, que yo mismo. Me he sentido siempre muy admirado por él. Quizás a algunos os parezca que no es importante, pero sentir eso por parte de tu entrenador lo veo algo increíble y necesario.

   Después de 20 años y unos 13 años como atleta profesional, la mejor frase que puede resumir lo que siento ahora es una de Rocío Jurado: “Se nos rompió el amor de tanto usarlo…”. Ya avisé que esto sería algo ñoño. Aunque el amor por el atletismo nunca se romperá, ni acabará. Por el deporte profesional, sí. Ese sí se rompió. Y se rompió de tanto usarlo. Han sido muchas temporadas y competiciones expuesto, observado, dando alegrías unas veces y otras, decepciones.

La pandemia me hizo alargar más de lo que quizás me hubiera gustado, o eso creo. Si Tokio hubiera sido 2020 y no 2021, seguramente 2021 hubiera sido mi retirada. No fue así, todo se aplazó. Pelee con una puñetera pubalgia, que dijo que estaba aquí y que había venido para quedarse. Se quedo y gano. Eso me dejo sin la posibilidad de luchar por mis terceros JJOO. No me podía permitir retirarme lesionado. Esa decisión sería mía y no por un contratiempo. La pubalgia la echo a patadas Armando Gasch, al cual estaré eternamente agradecido que me haya regalado poder tomar yo la decisión que os escribo.

Dos participaciones olímpicas, medallas en pista cubierta en Campeonatos Europeos y mas de 10 titulos nacionales, entre sus grandes logros.

   Seguramente sea esta temporada, la de 2022, la que más haya disfrutado de la planificación. Me costó lo que no está escrito volver a correr a ritmos que me divertían. Esa motivación por seguir empujando me hizo llevarme, de esta mi última temporada, una marca personal en pista cubierta. Sin presión, solo por volver a la competición y con mi estado de forma cogido con pinzas. Disfrute como un enano este invierno. Parecía que no salían las cosas, pero salieron.

   El verano era el colofón, ya estaba en un estado de forma que me permitía realizar un verano con garantías. Pocas veces me encontré tan bien físicamente. Encontré esa sensación que me encanta. Ese estado en el que las piernas piden auxilio, te suplican que pares, duelen pero siguen empujando y no dejan el ritmo caer. Echaré muchísimo de menos esa sensación. Te crees especial, con superpoderes y afrontas cada entreno dando por hecho que lo reventarás.

Físicamente sí, mentalmente no. Mi mente estaba cansada. No me gustaba la sensación cuando tocaba competir. Cuando tocaba competir con responsabilidad. Sin tener porque, notaba excesiva tensión. Lo que suelen ser nervios “buenos”, de activación, se volvieron algo que no me gustaba. No quería esa sensación. Ya no. Quizás me condicionó el tener cerca el final y tener claro que esta sería la última. No lo sé. Lo que si sabía era que ni quería, ni tenía la necesidad de terminar la temporada así.

Las instituciones locales tardaron años en reconocerle públicamente sus méritos, todo lo contrario que el pueblo y algunas de las asociaciones deportivas privadas

   Siempre dije que estaría en la palestra mientras me divirtiese y eso no estaba pasando. La opción de terminar las competiciones que quedaban en la temporada, no me terminaba de convencer. Así no. Llevo desde junio con las ideas claras, pero es ahora cuando he sentido la necesidad de expresamente. Me desvelé a las 3 de la mañana y decidí que era el momento de escribir y que mis RRSS dejasen de parecer un desierto. Ignoré muchas preguntas de amigos y compañeros.

   Claramente algo pasaba y yo solo daba silencio. Hoy me desperté pensando que no estaba siendo justo con la gente que ha formado parte de este viaje tan especial. Y, después de meditarlo durante más de una semana, decidí que lo mejor era decir adiós.

Kevin López, en una de las multiples pruebas internacionales en las que participó.

   La decisión me hizo encontrar un consuelo y una paz, que me confirmó que estaba haciendo lo correcto. La pena no hay quien me la quite, eso no significa que no esté feliz. Dejar atrás lo que mejor sabes hacer, por lo que te sientes especial, no es plato de buen gusto. El no volver a tener esa explosión de emociones que te da la alta competición, vivir el ambiente, la gente de tu deporte… eso nunca tendrá sustitución. Las etapas se cierran. El deporte tiene una fecha de caducidad muy corta, que no necesariamente es física. El desgaste puede ser mental. En este caso lo es. Ya no volveré a tomar la salida de un gran campeonato, no llegaré a la meta de ningún Meeting y no apareceré en la lista de inscritos de un nacional. Cierro en 13.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *