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Casi 310.000 euros de inversión en la reurbanización de la calle Pablo Picasso

Remodelado completo de una vía que forma parte de un entramado irregular de calles de un solo sentido

El Ayuntamiento del municipio ha dado a conocer la puesta en marcha de la ‘Reurbanización integral de la calle Pablo Picasso’, un proyecto del PFOEA-2016 dotado con una inversión económica de 309.166’20 euros.

Según este último, la actuación comprende la renovación de pavimentos tanto de calzada como de acerados, así como la renovación de las redes de alcantarillado y abastecimiento de agua potable. La zona de obras se encuentra al sur de la localidad, en el casco histórico, y forma parte de un entramado irregular de calles de un solo sentido, de poco ancho y longitud, con directrices mayormente rectas, en el entorno de la plaza del Ayuntamiento, hacia el este. La calle Pablo Picasso es la continuación de la calle Juan Quintanilla a partir del cruce con la calle Rafael Gasset y hasta la calle Murillo. Posee una longitud de aproximadamente 80 metros y con un ancho medio de 10,50 metros. En el encuentro con la calle Rafael Gasset es más estrecha que hacia el otro extremo, donde se encuentra, frente a su continuación con la calle Murillo, la plaza Pepe Jayuya.

En detalle

La calle cuenta con acerados a ambos lados de 1,20 metros aproximadamente con el ensanchamiento antes descrito en el acerado derecho sentido hacia la calle Murillo. Aparcamiento en cordón en ambos acerados delimitados por bordillos con ancho insuficiente, invadiendo la calzada los vehículos ahí estacionados. Los materiales existentes son calzada de adoquín de granito, acerados de baldosa hidráulica.

La intención del proyecto es continuar con la renovación de la urbanización del entorno del casco histórico con materiales nobles y continuidad de trazado. En esta vía se busca ordenar los estacionamientos con medidas correctas que no invadan la calzada, adecuar un lugar para los contenedores y adecuar el tránsito de tráfico rodado a peatonal. El ancho de la calle permite dotarla de acerados a ambos lados en plataforma diferenciada de la calzada mediante bordillos de 12 centímetros de altura máximo, bandas de aparcamiento en cordón a ambos lados, en la longitud que aparece en los planos, con más cabida hacia el tramo próximo a la calle Murillo y menos hacia la calle Juan Quintanilla. El encuentro con la calle Murillo debe resolverse con plataforma única, pues la anchura se ve reducida intensamente pasando de 16,60 metros de ancho en el sentido de la calle Pablo Picasso a únicamente 2,90 en la calle Murillo. En este sentido se aprovecha esta plataforma para resolver el cruce de calzada para los peatones sin barreras arquitectónicas. En el otro extremo, en el encuentro con las calles Rafael Gasset y Juan Quintanilla, se diseñan cruces de calzada con vados adaptados. Los contenedores de basura tendrán su lugar junto a este cruce.

Intervención

La calzada irá pavimentada con adoquines de granito en hiladas trabadas transversales al eje de la calle, con un eje central formado por dos hiladas de bordillo de granito recuperado. Los acerados serán de baldosa de hormigón prefabricado acabado granallado. Los bordillos serán de granito con un encintado de baldosas de mármol blanco. Los alcorques se harán con bordillo de granito. Las bandas de aparcamiento y el espacio reservado para contenedores, situado frente a la plaza ajardinada, irán pavimentados con el mismo adoquín de la calzada pero en dirección opuesta, paralelo al eje de la calle.

Los pasos de peatones irán señalizados con una franja de 60 centímetros con baldosas de botones en color gris, siguiendo la normativa vigente. Las instalaciones de alcantarillado y de abastecimiento serán completamente renovadas, siguiendo en todo momento las indicaciones de la empresa especializada responsable. La red de alcantarillado será́ de PVC de 315 milímetros de diámetro, con pozos en los extremos, cruces con las calles adyacentes y cada 40 metros a lo largo del recorrido. Cada vivienda tendrá́ su arqueta sifónica y la correspondiente conexión al tubo. Finalmente junto a cada pozo se disponen dos imbornales, uno en cada acerado, para la recogida de aguas pluviales.