Durante un tiempo alterno tanto como futbolista activo jugando en el Minas C.F., como también de entrenador en los escalafones inferiores del equipo loreño.
¿Cómo vivió Diego Zambrano el pasado confinamiento?
En un principio, no noté mucho el cambio porque estaba de exámenes del máster y llevaba tiempo dedicado a ello. Pasadas unas semanas, con bastante incertidumbre. Es lo que peor he llevado. Pero como con todo en la vida, te adaptas. En este sentido, hacer deporte en casa me ayudó mucho a rebajar la tensión que hemos vivido.
¿Para ti el hecho de suspender las competiciones fue una decisión acertada? o piensas que se debió de esperar algún tiempo más.
Teniendo en cuenta la dimensión de la situación que estamos viviendo, pienso que era la opción más razonable. Es cierto que puede chocar con nuestra realidad, pero pensar en esperar más tiempo era asumir un riesgo innecesario.
Primero tu trayectoria deportiva como jugador ¿cuál fue?
Desde pequeño siempre he practicado mucho deporte, pero el fútbol siempre ha sido mi debilidad. Comencé jugando en “San José de Calasanz” con chicos algo mayores, ya que antes no teníamos la suerte de poder empezar tan pronto a jugar al fútbol. Tras la etapa de escuela de fútbol, jugué en sierra norte (Alevines), y ya infantiles y cadetes en equipos federados del Lora Club de Fútbol. Posteriormente, jugué varios años en el Priorato, desde juveniles hasta categoría sénior. Por último, tras un parón de varias temporadas en las que me centré más en los estudios, acabé jugando en el Minas Club de Fútbol.
De tu última etapa como jugador en el Minas ¿qué nos puedes contar, cómo surgió lo de marcharte allí?
Esta etapa surgió tras conocer a unos compañeros de la Mina en el curso de monitor de fútbol y fútbol sala. Tenía el gusanillo de volver a vivir una temporada como jugador y ese mismo verano decidí probar suerte. Allí coincidí con Navarro como entrenador, que tenía una implicación muy grande con el club y que acabó confiando muchísimo en mí. La verdad es que a pesar de las dificultades con las que contaba aquel equipo, puedo decir que fueron quizás los años que más he podido disfrutar del fútbol, tanto por las oportunidades que tuve como por los compañeros y gran grupo que formamos. La pasada temporada, ya con Torres de entrenador, me fue más complicado hacerme con un hueco en el equipo. Entre lesiones y el nivel del equipo que era bastante superior, no conseguí hacerme un hueco en el once. Pero sin rencores, es una persona a la que tengo mucho respeto y es lógico que dentro de un grupo haya que tomar decisiones en favor del grupo.
¿Cuándo decides, en que momento lo de entrenar?
La posibilidad surgió tras finalizar el Grado Superior de Actividades Físicas y Deportivas, en la temporada 2008/2009. Edu Alonso me comentó la posibilidad de comenzar a entrenar en la escuela de fútbol y la verdad es que no me lo pensé dos veces. Tenía ganas de entrar en el mundillo. Lo que no me imaginaba era que iba a estar durante 9 temporadas entrenando.
La propuesta y posterior aceptación de entrenar al juvenil “B” del Lora C.F. ¿cómo te llega?
También a través de Edu. Me ofreció la posibilidad de entrenar hace un tiempo, pero con el máster y oposiciones no podía comprometerme a tener la dedicación que requiere llevar un equipo. Después de esto, me comentó nuevamente la posibilidad de entrenar ya al Juvenil “B”. Tras el aplazamiento de las oposiciones al siguiente año y valorar algunas cuestiones para poder abordar este proyecto, decidí aceptar su propuesta.
¿Cómo valoras la decisión del Lora C.F. de formar y federar un segundo equipo juvenil?
Pienso que es una decisión muy acertada. Dar la posibilidad a los chicos de poder practicar el deporte que les gusta en su localidad, es un avance que no siempre se ha tenido. Además, quizás ayude a potenciar ese “puente” que parece no terminar de funcionar entre la cantera y el equipo sénior.
