Las amonestaciones y expulsiones para entrenadores de los escalafones inferiores son demasiado frecuentes.
EDITORIAL.- El fútbol base, tiene un problema…sus propios entrenadores y a veces, sus propios delegados, de hecho en vez de realizar su labor de educadores, en demasiados casos, hacen todo lo contrario y ofrecen espectáculos delante de los niños, delante de sus jugadores nada ejemplares. Culpar al árbitro de todo, cuando las cosas no salen, es lo más cómodo, admitiendo naturalmente que los árbitros se equivocan, pero menos de lo que se protesta y a veces hasta menos que los propios entrenadores que pueden equivocarse en el planteamiento de un partido o el delegado de turno, que no cumple su cometido como delegado y no se da cuenta de cuando en algún acta hay algún error.
Casi todos los equipos puede ser ejemplos a señalar, de como casi todas las semana hay algunos que dan la nota. Protestar todo o casi todo en un partido es lo más habitual, es una manera de esconder la ignorancia de algunos entrenadores o delegados que se ven por todos los campos, insultar por equivocarse es lo más cotidiano, pero reconocer que sabes poco de fútbol o no están capacitados para entrenar…eso no se protesta.