A partir temporada (2007/2008) comenzó como árbitro federado.
El hecho de tener familia dentro del mundo del arbitraje ¿supone algo especial para ti?
Yo me siento muy orgulloso que mi hija Andrea continué con mi pasión por el arbitraje de Fútbol-Sala. Las seis temporadas que lleva Andrea en el colectivo han aumentado si cabe esa complicidad padre e hija. Los partidos, los viajes, el conocer nuevos lugares, nuevas personas es algo muy enriquecedor. También están esos momentos menos buenos que tiene nuestra labor. En mi caso trato de transmitirle a Andrea que son experiencias de las que hay que sacar algo positivo que sea aplicable en nuestra vida cotidiana.
Pitar en tu propio pueblo ¿es más difícil que cuando lo haces en otro sitio? o por el contrario ¿te sientes más seguro?
Cuando uno lleva tanto tiempo en el colectivo arbitral hace que afronte cada partido como algo especial, sea el lugar o la categoría que sea. A mí personalmente me gusta pitar en mi pueblo. Si es cierto que muchas veces se tiende a darle más valor a lo que viene de fuera que a lo que tenemos en nuestra localidad, pero aun así disfruto arbitrando en Lora del Río.
Juan Antonio Márquez ¿tiene colmadas sus aspiraciones como árbitro?
No, ni mucho menos. Tal cual te comentaba antes, para mi cada nuevo partido es un nuevo reto. Tengo aún esa motivación de afrontar esos partidos importantes y complicados. El día que pierda esa ilusión lo dejaré, aunque todavía tengo cuerda para rato.
Por último, ¿cómo ves el momento actual del fútbol sala local?
Personalmente pienso que es una lástima que el Campeonato Local de Fútbol-Sala haya dado un bajón en cuanto a la participación de equipos. Y no es que haya desidia desde la Junta Directiva de la Sociedad Deportiva Loreña, todo lo contrario. Ahí está el presidente Diego Cruces que está llevando a cabo una labor encomiable, pero quizás el compromiso de muchos de los jóvenes participantes haya disminuido. Espero que se le pueda dar una solución para que el Campeonato Local vuelva a ser un referente a nivel provincial como siempre lo ha sido.
